miércoles, 12 de noviembre de 2025

"Este cuerpo mío" y el ansiado metro cuadrado de paz

El año pasado entraba a la Sala 1 del malagueño Cine Albéniz para poder disfrutar del estreno de "Ciao Bambina", la ópera prima de Carolina Yuste y Afioco Gnecco; un cortometraje íntimo y personal que narra el proceso de transición de Afioco. Esta es la premisa, un poco escueta y bastante alejada de la profundidad y la hondura de un trabajo que va más allá de un proyecto cinematográfico, en realidad. Lo que vi en los 20 minutos que duraba aquel trabajo me mostró una realidad a la que siempre antes me había acercado desde otro lugar. Aquellos 20 minutos me aportaron visión; me permitieron una mirada diferente. Si bien el camino de la no-normatividad no está exento de dolor (probablemente más por el rechazo al que se ven sometidxs quienes ocupan unos espacios que no son los esperables de acuerdo a los estándares preestablecidos dentro de la "norma"), aquí hay una luz inmensa que transforma la herida en algo bello. Y recuerda la importancia de los cuidados, la elevación del AMOR. El relato, que rezuma verdad, se tiñe de luz; y cuando la oscuridad está presente, la claridad adquiere una dimensión aún mayor. Aquel mar inmenso nos recuerda que los miedos son parte del paisaje, imbatibles en muchos momentos y un espejismo otros tantos, pero siempre que haya un abrazo en la orilla la paz toma ese lugar entre dos cuerpos que se habitan con más amor desde el amor del otro. 

Aquel viaje fue un regalo inolvidable; de esos trabajos que quedan en ti para siempre; que cambian algo dentro; que te hacen consciente y te llevan a mirar alrededor desde un lugar de mayor compromiso, que te colman de ese mismo amor que respira cada palabra, cada fotograma. Celebré, por supuesto, aquella Biznaga que ganaron como meses más tarde también hice lo propio con la nominación al Goya. Los premios otorgan visibilidad y pienso que en muchos casos permiten seguir a sus creadorxs en un camino nada sencillo de por sí; pero como espectadora lo que viví aún alcanza una dimensión mayor de lo que puede suponer la concesión de un reconocimiento, por muy merecido -por otro lado- que este fuera. 

Me permito la licencia de la primera persona dentro de un espacio con carácter informativo, porque también pienso que escribir sobre trabajos con tanto compromiso y con tanto peso emocional despiertan una emoción de la que no te puedes despojar fácilmente, y no puedo escribir sin plasmar todo lo que a mi me mueve trabajos como este, incluso aunque pretenda alejarme y adoptar una posición más distante de la noticia. El Arte es una herramienta potentísima para conectar desde lo profundo y, cuando eso ocurre, sucede algo que trasciende a niveles estratosféricos. Cambia la estructura que habías construido, desancla y a la vez expande de una manera potente la propia mirada. 




Ciao Bambina ha sido el comienzo de algo que ha evolucionado hacia un largometraje documental; en él Afioco y Carolina vuelven a situar la cámara en ese mismo territorio de lo íntimo, pero ahora lo ensanchan. Este cuerpo mío se estrenó en la Seminci dentro de la sección Tiempo de Historia. Quienes tuvieron la suerte de estar presentes en alguno de los pases que tuvieron lugar en el marco del festival vallisoletano seguramente recorrieron un espacio en el que se mostró el acompañamiento, el dolor, probablemente la incomodidad -el arte, más aún cuando refleja la realidad, debe hacerlo-, y la importancia del estar presentes; esa luz en el camino. 

No cabe duda de que "Este cuerpo mío" nace, siguiendo la estela de "Ciao Bambina", de las entrañas. Y verdaderamente hay algo profundamente conmovedor en ese acto de confianza mutua: filmar al amigo, dejarse mirar por él, construir juntxs un relato donde la vida y el arte se funden. "Este cuerpo mío" parece continuar ese hilo invisible que ya trazaba el corto: el de los cuidados, la ternura y la posibilidad de hallar paz en la verdad compartida. 

Decía Carolina, en uno de sus encuentros con la prensa a propósito del estreno de la cinta, que se trataba de una película de amor; "del amor de alguien que se elige con coraje a pesar del ruido, pero también de dos amigues que se eligen para encontrarse y seguir existiendo. Porque después de todo, después de la búsqueda, del desaliento, del miedo y del cansancio, lo que nos queda son aquellxs que nos sostienen". 

Casi siempre hay luz en la herida. Quizá Este cuerpo mío no sea solo una película, sino una manera de construir ese lugar. Un espacio en el que el cine se convierte en refugio, en cuidado, en gesto de amor. Porque, al final, ese metro cuadrado no se mide en metros ni en límites físicos, sino en la posibilidad de existir en verdad, en luz y en calma.Y es ahí, justo en ese lugar mínimo e inmenso a la vez, donde el arte también encuentra su raíz: en mirar con verdad, en contar con luz.


sábado, 10 de mayo de 2025

Carolina Yuste, entre fuego y raíz

La fragilidad expuesta sin miedos, resignificando el sentido del arma como símbolo de acción en positivo; mostrarla ante la vida para habitarla desde la verdad; el único modo de ser. La ternura de un alma que conecta con el mundo del otro, como si no fuera ajeno el sentir de quien tenemos en frente. Reconvertir las realidades ajenas en caminos donde detenerse con respeto y cuidado. La amplitud de miras como sinónimo inequívoco de riqueza. Las grietas por las que la luz se cuela en cada herida, reconvirtiendo el dolor del pasado en una mirada de comprensión hacia el mundo; el propio y el compartido. 

Desde que el trabajo de Carolina se ha convertido en parte de nuestro mundo, hace ya años, de alguna manera algo se ha expandido con una fuerza poderosa. Tiene que ver con entender el juego de la vida desde el amor profundo. No exageramos cuando decimos que, de alguna manera, su trabajo y su manera de habitar el oficio y la vida desde la convicción de quien cree que este mundo sólo funciona con amor, ha cambiado nuestra manera de enfocar la lente en la mirada que lanzamos al exterior. 



Cada viaje ha sido un regalo que ha ido añadiendo una visión concreta y cada vez más completa de este Universo poderoso que compartimos. Estos últimos meses Nueva York ha sido un escenario en el que habitábamos los sueños para convertirlos en carne y vida, para que en el alma resonaran como si de repente fuéramos capaces de ir más allá de todo para desatrapar los miedos y guiarnos por la esencia. Hemos entonado La Canción para, en su melodía, poder viajar de vuelta a un pasado que cuenta también lo que fuimos y, en parte, lo que aún somos: la necesidad de lucha por la libertad, las opresiones y la desigualdad. Hemos reconocido y descubierto historias silenciadas, por lo impuesto en una sociedad que abocaba al silencio y a la oscuridad el papel de la mujer, en sus diferentes roles. Hemos mirado desde la luz que Carolina proyectaba vestida de otras mujeres. Nos hemos adentrado en el proceso emocional de quien tiene que hacer frente a un sistema que envuelve de trabas el camino para, simplemente, poder ser quien en realidad es. A veces, nos hemos quedado en la orilla mientras observábamos el mar por el miedo que causaba el oleaje. Otras, nos hemos bañado incluso con bandera roja; a pesar de los juicios de quienes pensaban que no debíamos y los riesgos que entrañaba la marea. Pero ahora sabemos que tanto una decisión como otra están bien. Y la abrazamos. Y la celebramos. 

Hay en Carolina fuego y raíz. Fuego, porque hay un torbellino de furia que a veces quema dentro cuando miramos los rotos de un sistema que se sustenta a veces desde lo injusto, lo inhumano y el odio. Hay raíz porque hay verdad, porque hay anclaje a la esencia y a lo bello que también nos envuelve y una manera concreta de habitar este universo desde lo que es ella en lo profundo, sin artificios. Y todo eso se refleja en lo que hace y en lo que nos llega; en ese viaje profundo en el que nos sumergimos cuando nos asomamos a una nueva historia que, -siempre ha ocurrido-, nos atraviesa, nos eleva, nos mueve y nos conecta. 

Hace poco cumplimos 6 años detrás de este espacio regado con amor y en este tiempo no hemos hecho más que sumado motivos para que este lugar tenga sentido: ha bastado seguir descubriendo el trabajo de Carolina para entender por qué. Algunos de ellos hemos tratado de expresarlos con palabras, como si estas alcanzaran a contener lo mucho que su trabajo nos ha regalado en la vida. 

Y sabemos con certeza que seguiremos para seguir descubriendo lo que viene, con el corazón preparado para seguir recibiendo amor en forma de historias. Para hacer con ello parte de nuestro lugar en el mundo. 

miércoles, 28 de febrero de 2024

InfoCarolinaYuste: 5 años online

Un patio de butacas lleno emocionándose con la vida delante, abrir puertas a otras realidades que permanecían invisibles, descubrir aquellas otras caras del mundo que no siempre se cuentan, el corazón palpitando con fuerza durante toda una proyección -más lleno de vida, de sensibilidad, de empatía, de tolerancia-, el poso infinito que queda incluso cuando culmina la escena y que nos hace conectar con la convicción de que aquello a lo que hemos asistido es mucho más que una función o una pieza de cine. Persiste y lo hace con la fuerza de la verdad contada. Porque todo esto tiene que ver, irremediablemente, con un cambio en la mirada, con algo que a menudo hace tambalear los cimientos que creíamos sólidos y que habían representado una estructura que quizás suponíamos inamovibles, pero el cambio, por suerte, forma parte de lo humano y nos hace avanzar. El camino que elijo para crecer y construirme como ser humano, cada día lo tengo más claro, tiene mucho que ver con la carrera artística de Carolina, con los relatos que componen sus trabajos y, en ella, encuentro un motor que traslado a lo personal: la ficción y la vida nunca están lejos. Vi la belleza que habita en los márgenes, la importancia de lo justo, el compromiso con los derechos humanos como pilar básico para sostener una sociedad a menudo tan anclada en el odio. 


Cada trabajo de Carolina es un viaje a lugares en apariencia lejanos que, paradójicamente, nos acercan: a través de ellos nos enfrentamos a nuestros propios fantasmas y sentimos, de alguna manera, que somos parte de una humanidad que nos pertenece. El primero de esos viajes lo inicié, hace ya 5 años, y supuso la creación de este espacio virtual que hoy está de celebración, y desde ese momento mi admiración por su trabajo y el amor con el que lo recibo sólo ha ido a más. Cada trabajo es un regalo que guardamos para siempre, porque siempre es posible; volver de nuevo al cabaret con Nisa a soñar en alto y sin miedo, abrazar la diversidad con el mismo amor con el que miraba Paqui, respirar Benidorm para liberarnos de nuestros límites y resignificar el éxito con nuestra Amy de guerrilla, volver a la raíz y habitar los espacios con la determinación y la valentía con la que pisaba el mundo Desi, comprender la magnitud del CUIDAR recordando la entrega y el cariño que habitaba en Conchita, asumir la complejidad del mundo y nuestra parcela privilegiada, pero no exenta de responsabilidad, desde todas aquellas mujeres representadas por Carolina que habían vivido la explotación y el abuso diariamente... Todas ellas nos contienen y también marcan, en alguna medida, nuestro recorrido en el mundo. Hacen igualmente que este blog adquiera sentido y forma. Porque, sin duda, todo esto, se traduce en el amor infinito con el que este espacio existe cada día. Con la emoción con la que recibimos los nuevos proyectos, las noticias que compartimos y las horas que llevamos sumadas para que este lugarcito tenga vida y siga creciendo, en paralelo con la carrera de una actriz que nos hace, con cada uno de sus trabajos, creer que un mundo más bonito es posible, a pesar del odio. Y eso es poderosísimo. 

Gracias, Carolina, por tu alma en cada paso. Por compartirlo. Por regarnos de amor, en todas sus formas. 

martes, 17 de octubre de 2023

Justicia y Amor

La ficción es, en innumerables ocasiones, una oportunidad para conectar con lo que somos, con aquello que nos precede y a la vez nos contiene; una puerta hacia aquello que permanece en la sombra, y que cuando se acomoda ahí genera un ruido insostenible y una falta de conexión con el espacio que habitamos, porque en ocasiones es más cómodo situarnos en un presente carente de historia. El enfoque en lo invisible, la luz; esto es la ficción a veces y por estos motivos -entre otros muchos-, su valor es inconmensurable. Entrar en ello supone conocer, ser más conscientes, (re)descubrirnos, encontrar referentes, perdonarnos, abrazarnos y mirar diferente. Engrandecer el AMOR; darle sentido dentro de este sinsentido en el que a veces gira un mundo bien provisto de oscuridad y odio. Creemos que no hay nada más poderoso que aquello que una ficción comprometida consigue; ese resurgir desde lo profundo de repente nos acerca a nosotrxs mismxs, nos emociona, nos conmueve y nos cambia la mirada hacia lo que nos rodea; ese alrededor que es sostén y vida y del que a veces renegamos, vencidxs por el miedo y dejándole espacio al desprecio.  

En este compromiso necesario en el que hay ficciones que encuentran su lugar, haciendo que la cultura adquiera un peso y una dimensión aún superior a lo que es consustancial al propio término en sí, Las Noches de Tefía late. Y nos habla de represión absoluta, de una realidad no muy lejana que carece de brillo por lo injusto, que hoy se traduce en algo más que una vivencia tristemente heredada. Las Noches de Tefía salva del olvido a los campos de concentración franquista que existieron en un paraje desértico de Fuerteventura entre 1954 y 1966 y que fueron conocidos con el eufemístico nombre de Colonia Agrícola Penitenciaria, uno de tantos lugares donde el régimen enviaba a los condenados por la ley de vagos y maleantes que, a partir del 54, fue implementada para incluir también a los homosexuales. 

Para sobrevivir a ese infierno en el que no cesaban las torturas, los abusos y la violencia en sus múltiples formas, la salvación la otorga la fantasía. Cada noche, el Tindaya es clave para dar paso a los deseos y los anhelos de aquellos presos cuyo delito mayor fue amar, ser quienes en realidad eran. La imaginación los lleva a pisar este cabaret de ensueño donde no hay necesidad de crear una máscara para lograr sobrevivir; un espacio de libertad y amor donde no hay límites.

Se abre el Tindaya y la vida sucede, alejada del ruido, del odio y de la injusticia. Agarrarse a la imaginación como si de una tabla de salvación se tratara para poner en pie la propia existencia cuando el miedo acecha. Y es aquí, desde este mundo onírico, donde podemos descubrir a Nisa y todo lo que representa; la lucha de aquellas mujeres que debían hallar camino en una sociedad que les negaba su lugar. "Cuando una defiende lo que es justo, ilumina", oíamos decir a Carolina Yuste en las diferentes promociones que hacía antes del estreno, y creemos que es una frase que sintetiza a la perfección aquello que Nisa simboliza; la justicia, la luz y, sin duda, el amor. 


Es poderosísimo que existan ficciones que conecten tanto con lo realmente importante y que hagan uso de esta capacidad para hacernos reflexionar sobre el camino andado, sobre aquello que aún queda y sobre lo que queremos construir. Todo lo que respira en Tefía no nos es ajeno, porque habla del lugar del que venimos y de lo que somos, y la manera en que nos relacionamos con un mundo aún tristemente repleto de desigualdades habla también de nuestra responsabilidad con la sociedad que nos gustaría habitar. 

Y lo hemos explicado muchas veces, con el orgullo que nos supone poder decir que somos seguidorxs del oficio hermoso en el que Carolina pone el corazón y el alma; y es que, más allá de su manera de habitar al personaje -que siempre nos emociona y nos llena enormemente-, es su manera de hacernos vibrar con historias que despiertan algo a un nivel profundo y que se traducen precisamente en mirar a esos lugares que permanecían bien ocultos. Porque es así: poder disfrutar del talento de Carolina Yuste y entrar en los diferentes universos que su trabajo nos permite es un regalo, que aún aumenta su valor cuando se trata de proyectos en los que el compromiso social va tan ligado a la trama en sí misma, a los lugares que se nos muestran; en los que se suceden cuestiones que nos hacen replantearnos cómo habitamos el mundo y de qué manera podemos contribuir a hacer de este un lugar más sano y más amable, desde nuestro pequeñito espacio vital. 

Nos apetecía dedicarle algunas líneas a esta serie que ya vive para siempre en nosotrxs y qué mejor día que este, en el que Las Noches de Tefía ha resultado ficción ganadora en el MIPCOM de Cannes a los Diversify TV Awards por su visibilidad LGTBIQ+. ¡Merecidísimo reconocimiento para una serie necesaria que puedes disfutar en Atresplayer Premium

domingo, 12 de diciembre de 2021

Carolina Yuste y el ciclón de emociones

Fotografía de Concha Ortega.

Han pasado cinco días desde que esperaba, sentada en la butaca, para revivir por segunda vez el viaje que supone acudir al teatro para ver Prostitución y aún no lo digiero del todo. Antes fue el histórico Teatro Español de Madrid el que me contenía en sus espacios para vivir un sueño -inolvidable ese sentir-, en esta ocasión era la ciudad condal la que me regalaba la emoción desde su colosal Teatro Nacional. 18:35: Los tacones rojos. La pasarela. El contenedor. El murmullo de la gente que va colmando el teatro. 18:50: La expectación lógica ante la asistencia a esa ceremonia única que supone cada función. El resonar de cada paso. Ese ambiente mágico que lo envuelve todo. 19:00: Bru dando paso al espectáculo. La música. La Yuste plagándolo todo de una seducción incómoda en lo que es, sin duda, un ejercicio de valentía y entrega poderosísimo, sus ojos clavados en el público; desafiantes y llenos de historia. Poza y el golpe de realidad; la prostitución en cifras. Primer escalofrío. Machi y su mano amiga, ese avanzar empático colmado de escucha y respeto. Y ellas, sobre todo ellas: Ana María, Isabella, Lucía, Alexa

Tristeza. Dolor. Impotencia. Rabia. Furia. Incluso el humor, como esa válvula de escape necesaria ante tanto desamparo y crudeza, se dan cita a lo largo de dos horas de función donde atraviesas esa parte de la realidad invisibilizada en el día a día. El Estado proxeneta y la sociedad cómplice, en escena. Ante tus ojos un desfile de historias que, inevitablemente, te llevan a cuestionar este sistema donde la esclavitud supone un negocio rentable, a costa de la dignidad humana. Víctimas sin derechos. Sus voces, sus necesidades y sus temores. La reflexión necesaria y una emoción desbordante que corre a cargo de tres actrices inmensas. La realidad descarnada en un proceso de sensibilización que convierte esta en una obra absolutamente necesaria, en un viaje obligado para comprender el mundo y tomar partido ante la desigualdad y el dolor, cómo no hacerlo. Tus convicciones se tambalean. Los prejuicios desaparecen: son todas las mujeres, reconocidas en su diversidad, pero con algo que las une poderosamente. Las diferentes visiones ante un tema complejísimo.

Y sí, fue esta la segunda vez que la vi y me zarandeó con la misma fuerza, la de un ciclón indómito que remueve todo, pero nunca igual. Por circunstancias, pude reconocer algunos diálogos que fueron entonados por mujeres mucho más cercanas a mí hoy, por lo que el impacto -si es posible- fue aún mayor. El viaje se convirtió en otro. No pretendo en estas líneas resumir lo que contiene la obra, porque sería una tarea frustrante la de intentar encontrar las palabras que pudieran definir lo que ellas consiguen provocar en el público. Abandono el intento, pero desde este espacio, muy a propósito, opto por compartir un sentir.

Mientras esperaba en esa butaca, en la que me senté con tiempo a conciencia, pensaba en lo que Carolina me ofrece con su trabajo, algo que está completamente vinculado al por qué de este lugar virtual que trato de regar con cariño y amor desde hace ya casi 3 años. Me transporté por un momento a aquel día de febrero en el que en el Kamikaze, sin yo saberlo, mi vida cambió un poquito. Me adentré en Suaves como en un río oscuro y brillante, con curiosidad y ganas, y salí de allí con muchas preguntas sobre mí misma, con emociones nuevas y con el afán de seguir la carrera de aquella desconocida que había provocado en mí ese torrente de cosas que me recorrían por dentro; nunca se lo dije porque no encontré las palabras ni pude despojarme de la timidez que me suponía imaginarme hablándole a alguien que no sabía de mi existencia; la vislumbraba como una estampa algo absurda. Pero a partir de ese momento, yo sabía que quería seguir estando en los lugares donde ella diera vida a otras mujeres. Y vino esa Paqui de Carmen y Lola como un vendaval que trajo consigo cosas preciosas a través de una historia no menos bella sobre la aceptación y el amor, con un compromiso claro respecto a la celebración de la diversidad. La repercusión que fue adquiriendo y que, de algún modo, ponían a Carolina en el centro, fue algo que percibo como revelador: sus discursos tan cargados de humanidad me inspiraban y alentaban, en una perfecta -y, por supuesto, no casual- correspondencia con las narrativas en las que ella iba desarrollando con atino su carrera profesional. Entonces entendí que la actriz -y, de un modo más concreto, los lugares en los que respiraban sus personajes- hablaban mucho de la persona que las vestía de alma. Y fue así, acercándome a la actriz y conociendo a los personajes que fueron llegando, como se despertó en mi una convicción más férrea, la de apostar, desde mi pequeñita parcela en este universo, por un mundo más sano. La convicción de cuestionarme; de aprender y desaprender; deconstruirme para volver a construirme. Entiendo esto como lo más poderoso que te puede regalar alguien, aún más mágico cuando ocurre sin la conciencia de estar impactando tan fuerte en la vida de otras personas. 

La carrera de Carolina me ha reportado hasta el momento un camino claro en lo que se refiere a mi lugar en el mundo, a donde quiero estar, un sinfín de emociones que tienen que ver con poner el foco en lo que de verdad importa y un montón de reflexiones que me hacen mirar la vida desde otro lado, con otro prisma. Con generosidad, entrega y todo el amor, Carolina se vuelca en un trabajo que sólo puede ser recibido con corazón, encontrando lo más hermoso en cada plano de la realidad que nos atraviesa, una puerta cerrada al odio y un proceso de transformación hacia la belleza sin ocultar lo crudeza.

Después de asistir de nuevo a aquella función, en el avión de vuelta a casa volví a pensar en esto. Y comprendí de pronto que la inmensidad que encierra la palabra admiración tiene que ver con todo lo que cuento aquí. Y qué belleza. 


martes, 10 de agosto de 2021

Amy, nuestra artista de guerrilla

"El cover" es una peli con Alma. Es la frase que más se repite entre las críticas, reseñas y opiniones que vierten público y prensa acerca de la ópera prima de Secun de la Rosa. Coincidimos plenamente en este análisis, que a nuestro modo de ver encierra mucha esencia en apenas unas palabras: En ese Benidorm que se retrata en la película y que se respira en cada fotograma donde ritmo y vida confluyen con deliciosa sintonía, como si se tratara de un cabaret de ensueño donde el dolor, también presente, se acepta. Pero con una premisa como leitmotiv: seguir caminando. Frente a las adversidades y errores, hay que saber recuperarse y sobrellevar las cicatrices. Hay una técnica japonesa, el kintsugi, que consiste en reparar con oro las roturas de un objeto, sin esconderlas ni ocultarlas. Cicatrices de oro que dan más valor al objeto porque nos habla de su pasado, su transformación y su historia. Porque ya no sólo se trata de la presencia del metal precioso sino de la singularidad del objeto resultante: diferente e irrepetible. El valor de nuestras imperfecciones. Y sí, detrás de estxs "artistas de guerrilla" que luchan cada noche por conseguir que sus canciones se escuchen, hay muchas imperfecciones: hay historias y vidas que laten con fuerza, hay sueños y tropiezos, hay aciertos y errores. Pero todxs vuelven cada noche a entonar la canción con alma y corazón, haya una o 10.000 personas escuchándolxs. 

La herida presente en Margarita marca también su camino y, seguro, su manera de sentir. Frágil, vulnerable, y con una sensibilidad que la coloca en un lugar concreto: permeable al daño, pero con una ternura que encierra su verdadera fuerza. Con una mirada noble que esconde dolor, pero también belleza. Se viste de Amy y de repente el mundo parece un lugar seguro. Fingir para escapar de una realidad que resulta dolorosa. Enterrarse en capas para poder caminar con fuerza. Cubrir su identidad con una capa de aliento sobre la que reposa el daño presente, la herida. La escapatoria: jugar a ser otra. Amy, nuestra artista de guerrilla: hay en ti dolor, pero lo transformas en algo bello que rebosa en ti: el Amor. Y esa es la manera más bella de caminar por la vida. 


Y tras ella, Carolina Yuste, tiñendo de honestidad un nuevo personaje. Esta Amy estaba hecha para ser desde ti, no tenemos duda. No solamente emocionando con un "Back to black" colmado de corazón y alma, donde el respeto a la obra y a la artista prevalece y puede sentirse: en cada nota, en cada gesto, en cada mirada -su voz se nos queda para siempre grabada, con esa vibrante fuerza de quebranto ronco y ternura deslumbrante-, sino empapando de vida a un personaje en el que en cada capa resuena verdad: el daño, la sensibilidad con la que acunas lo que sucede alrededor, la belleza que encierra la propia fragilidad y la fuerza silenciada con la que afrontas el sendero sobre el que transitas. Avanzas creyendo inexistente esa fortaleza interna, impalpable pero viva, que te permite seguir caminando, pese a las adversidades. Ojalá te abraces y celebres el sonido de tu libertad, desde ti misma, desoyendo las voces que interrumpen tu paz. Ojalá la vida nunca más te pese y la palabra incomprensión no tenga cabida en tu realidad. Hay en ti tantas mujeres, que la verdad se impone en tu latido. Te reconocemos en el nuestro, Amy, querida artista de guerrilla.


miércoles, 9 de junio de 2021

Festival de Málaga 2021

Este año el Festival de Málaga ofrece una nueva galería de gamas y visiones, con identidad propia y compromiso, que respiran en el corazón de las películas presentadas en el marco del certamen. Siendo un festival que cada año toma más fuerza y se asienta como uno de los más importantes del país, suma aún más al orgullo -ya bastante henchido- que supone nuestro camino compartido con la protagonista de este espacio, que ahora nos lleva a transitar por este festival de cine con la inmensa alegría de poder celebrar la presentación de tres películas que en su reparto cuentan con Carolina Yuste. Más ahora, con lo difícil que es hacer cine, esta es una noticia que nos llena el corazón de emociones bonitas. Hemos podido presenciar in situ el evento y sentimos el alma más viva. Qué magia la del arte y qué increíble presenciar el de Carolina, que nos lleva a volar con sus personajes, cada vez más lejos. 

El jueves 3 daba el pistoletazo de salida la ópera prima de Secun de la Rosa, El Cover, que nos transportaba al particular microcosmos de Benidorm, donde los "artistas de guerrilla" persiguen sus sueños escudados en una máscara tras la que sus miedos se funden en una irrealidad construida; la que, de alguna manera, les imprime un aparente aplomo o valentía que se mantiene el tiempo que dura la canción interpretada. Cantar, como vivir. El público, desde sus asientos, determina con el fin de la última nota si lo presenciado merece el aplauso o el escarnio. Jugar a ser otrxs para permitirse ser unx mismx. Las aparencias, el significado que encierra la palabra éxito y la importancia de aceptar el fracaso como parte del camino. Hay mucho tras estos artistas de guerrilla que no están muy lejos de lo que somos. Impagable esa Amy Winehouse, a la que Carolina le regala el latido, en la que la fragilidad y la ternura conviven en un cuerpo que se siente más cómodo habitando el de otra. Mantendremos en la retina esa escena en la que, por primera vez, se muestra ante Sandra -interpretada por Marina Salas-, recordaremos siempre la verdad en los ojos de una Carolina que, nuevamente, traspasa. La sociedad y su influencia en cada unx, el marcar del camino. Las sombras y las luces; en el escenario y en el camino que recorremos cada día. Lo que nos gusta de #ElCover no es sólo todo eso que esconde cada secuencia, que no es poco, ni el homenaje a la música y a esos artistas que luchan por construir sus sueños con tesón. Lo que más nos gusta es que tiene lo que debe tener una obra como esta: alma y corazón. 


El Cover se estrenará el 23 de julio en los cines. ¡Y los vamos a llenar!


Días más tarde llegaba el turno de "Sevillanas de Brooklyn", una comedia de Vicente Villanueva; romántica y familiar, pero no carente de crítica social. A través de la llegada de Ariel -interpretado por Sergio Momo-, un estudiante de inmersión lingüística que tendrá que vivir temporalmente en una familia un tanto peculiar, nos adentramos en las diferentes situaciones que se van sucediendo. El buen rato está más que asegurado, una comedia desternillante que nos regalará mucha risa pero que a la vez usa el humor como herramienta para conducirnos a importantes reflexiones con cariz social: los prejuicios, la precariedad y el racismo, como ejes centrales en una película que, en su fondo, nos presenta la cruda realidad de una familia con pocos recursos económicos que tendrá que sobrevivir en una sociedad capitalista donde la posición social te ubica en un lugar muy determinado. De Ana, el personaje al que interpreta Carolina, podríamos hablar mucho, pero es justo destacar la evolución; la que le lleva a fortalecer ese sentimiento de pertenencia a los suyos. De su mano, y a través de sus ojos tan llenos de tanto, vamos transitando por diferentes sentimientos que la atraviesan por dentro y sabe reflejar: la vergüenza, la rabia, el enfado, el amor, la valentía, el coraje. El tándem que forma con Estefanía de los Santos, la actriz que da vida a su madre en la ficción, es toda una joya. 

La película tiene todos los ingredientes para triunfar y es firme el convencimiento de que la increíble acogida que tuvo la película en el Festival de Málaga, donde se presentó en Sección Oficial fuera de concurso, es sólo el inicio de un periplo largo y lleno de éxito que comenzará su rumbo el 20 de agosto en cines. ¡Maravilla!

Mañana es el turno de Chavalas. De momento, no podemos negar la emoción ni la certeza de que este es el cine que nos gusta ver; en el que Carolina nos regala verdad y vida a través de historias comprometidas con temas sociales y humanos, que no nos deben ser ajenos. Y terminamos con sus palabras y el orgullo de seguir una carrera que liga el compromiso con un desarrollo artístico a un nivel estratosférico. Qué bonito cuando las cosas están tan llenas de corazón. "Me gusta hacer cosas que tienen que ver con lo social, con una crítica, con elevar, con poner en su lugar las cosas, o que de repente genere espejos y focos en extractos de la sociedad a los que la gente no mira".

lunes, 4 de enero de 2021

Balance de 2020

Hace sólo dos días hemos despedido un año totalmente atípico. 2020 será un número que se quede irremediablemente grabado de por vida; tener que hacer frente a una pandemia mundial ha supuesto un reaprendizaje para muchxs; una oportunidad para la reinvención y una revisión a nuestra escala de valores que pasa por poner en el centro lo verdaderamente importante y, dentro de lo duro que ha sido, optamos por quedarnos con lo positivo y permitir que la valiosa lección que trajo consigo este año que ya es pasado nos conduzca hacia un mundo más humano y tolerante, donde el bien colectivo sea el objetivo común en una sociedad que, ojalá, funcione desde la empatía y el amor.


En este viaje que vamos a hacer por lo vivido, nos emociona recordar lo mucho que nos sigue dejando el trabajo de Carolina y la vida que encontramos en cada personaje. La sacudida y esa rendijita que nos abre cada una de las historias en las que nos permite colarnos, nos llena de luz y alma y este regalo es algo parecido a un vuelo que nos hace volar, crecer y redescubrirnos. No sabemos definirlo, pero a veces -casi siempre- el sentimiento lo traspasa todo y, tratar de transformarlo en palabras es una tarea imposible. 

Queridas hermanas putas.


Si tuviéramos que rescatar un sólo momento de 2020, sería muy difícil no quedarnos con cualquiera en el que Carolina Yuste, armada de coraje y corazón, llevó la voz de tantas mujeres desde los escenarios hasta lo más profundo de cada persona que, desde su butaca, ha emprendido un viaje del que jamás podrá desprenderse. Prostitución inició su temporada en el imponente Teatro Español de Madrid, donde permaneció durante un mes agotando todas las entradas; así comenzábamos el año. Junto a Nathalie Poza y Carmen Machi, dos grandes de la escena española, Carolina Yuste nos hacía reflexionar ante un tema complejo que atraviesa a tantas esferas. Una obra de teatro, de carácter documental, francamente incómoda en tanto que muestra una realidad, sin artificios ni concesiones, a la que muchas veces cuesta mirar a la cara. Todas las posturas existentes a partir de testimonios reales de mujeres que ejercen o han ejercido la prostitución; todos los argumentos posibles, a favor o en contra, que parten desde las circunstancias de las propias protagonistas que han vivido esta realidad y que la exponen en un acto de valentía innegable. ¿Cómo permanecer impasible ante este volcán de emociones que habla de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor? Ponernos en el lugar de ellas es algo que consiguen estas tres actrices haciendo gala de una honestidad y generosidad que aún acrecientan más su talento. Escucharlas, verlas y sentirlas es asistir a un portentoso trabajo que basa la interpretación en una labor previa de investigación más que evidente. El compromiso con el tema es total. Y lo que sucede en el alma del espectador es un viaje que desestructura todos nuestros resortes y desarma las convicciones previas para descubrirnos otros puntos de vista en una profunda travesía en la que se nos abre toda una gama de posibilidades entre dos extremos: legalización o abolición. 



La gira, que tenía previsto comenzar en abril, se vio suspendida cuando la pandemia irrumpió y no volvió a retomarse hasta octubre. Esto nos hizo enfrentarnos a la obra de una manera un tanto diferente. También para las actrices la vuelta supuso enfrentarse a esta realidad, la de la prostitución, desde un lugar aún más complejo, al tener tan presente de qué manera le ha afectado a las prostitutas esta pandemia en esa situación de desprotección total en las que se ven obligadas, muchas de ellas, a permanecer. Y es que la prostitución tiene que ver con la desigualdad social, con la educación y con una sociedad patriarcal que precisa de una revisión con urgencia. Tomar partido ante temas sociales como este es una elección necesaria y, que desde el teatro se dé voz y espacio a estos asuntos en los que Carolina se implica de manera tan comprometida y directa, es una buena noticia sin duda. La gira pasó por ciudades como Ourense, Murcia, Soria, Valencia, Vitoria-Gasteiz, Valladolid o Badajoz, la tierra de nuestra Carolina. El éxito de crítica y público ha sido total y a nosotrxs aún nos pellizca por dentro el relato de Lucía desde el sentir de Carolina; su fuerza y su poderío ante el desgarro cruento de una realidad que es asumida desde la valentía y la verdad más absoluta. 

¿A dónde quieres llegar?


Aunque admitimos la predilección que sentimos por el teatro como medio, asistir al talento de Carolina Yuste en pantalla grande es otra delicia que nos mueve el corazón de una manera también muy especial. Hasta Málaga la acompañamos para el estreno de "Hasta el cielo", la última película de Daniel Calparsoro, en la que nuestra Carolina interpreta a Estrella: una chica de barrio, de clase trabajadora, que tiene sus objetivos muy claros y que de alguna manera quiere convertirse en una mujer dueña de su destino. La acción y el ritmo trepidante son las bazas fuertes de esta película, que aún se encuentra en cartelera después de haber atrasado su estreno hasta en 3 ocasiones como consecuencia de la pandemia. Este proyecto nos ha permitido disfrutar de Carolina en un género diferente y nos ha despertado un sentimiento de ternura por Estrella, que comienza una relación con el protagonista que, de algún modo, trastocará su camino. 

El paradigma del amor


Hamsia es otro de los interesantes proyectos a los que hemos podido acercarnos este año pasado, con tremenda curiosidad. A través de esta creación escénica que se estrenó el pasado noviembre en el marco del Festival de Otoño pudimos adentrarnos en todo lo que late al fondo de los trastornos de conducta alimenticias; la necesidad de afecto, la falta de amor propio y las ausencias. "Y te atiborras a café y nicotina para no encontrar la diferencia entre buscar el amor en la comida y buscar el amor en el amor". 

La propuesta, que partió de una idea original de Carolina Yuste y Enrique Cervantes (a los que siempre es una gozada ver trabajar juntxs!), fue estrenada en la sala Réplika de Madrid con 5 pases de aforo reducido, uno de los cuáles fue emitido en streaming para suerte del mundo. Este proyecto nos ha dado la opción de conocer una nueva faceta de Carolina que, como autora, camina también por un sendero nada fácil que nos lleva a replantearnos cosas y a tomar conciencia acerca de una enfermedad que padecen millones de personas en el mundo. Esto parte de un compromiso de nuestra actriz con cuestiones relevantes que atraviesan a la humanidad; y esta apuesta tan clara por determinados temas aún aumentan con mayor intensidad nuestra admiración por una persona que utiliza el medio en el que se desarrolla como artista para dar voz a problemas que nos atañen como sociedad. 


“Ay, amigo Doraemon, ¿tienes algo en tu bolsillo mágico para hacerme volar?”. Dismorfia. “¿Por qué Tinky Winky se alimenta de un engrudo rosa?”. Potomanía. “¿Batman come hamburguesas?”. Vigorexia.


No acabamos aquí: en este año hemos podido asistir al estreno del cortometraje Victoria, dirigido también por Afioco, que inició su camino en el LesGaiCineMad y continúo proyectándose en festivales de diferentes lugares, dentro y fuera del continente español, como han sido los festivales de Errentería, Extremadura, Navarra y Chile. ¡Ojalá que su periplo aún no termine y más gente, en muchas partes del mundo, puedan disfrutar de esta historia tan especial!



También la breve pero estupenda participación de Carolina Yuste en la miniserie Dime quién soy nos ha alegrado un poquito el corazón. Verla compartir proyecto con Irene Escolar en una de las series del año ha sido otro motivo de felicidad que se suman a los ya mencionados.



Está claro que este año ha sido muy diferente a los que lo han precedido y, no cabe duda de que, lamentablemente, la cultura ha sido uno de los sectores más maltratados en este contexto que parece  más cercano a la ficción que a la realidad. Por eso, le pedimos al nuevo año que la cultura reciba el valor que merece; porque funciona como vehículo transformador y eso lo convierte en un arte necesario. La cultura nos salva. Seguiremos cuidándonos y no debemos olvidar que los cines y los teatros son espacios seguros.

Y con este deseo, miramos a este 2021 imaginando a la Amy Winehouse a la que Carolina regala su latido en El Cover, a esas chavalas que nos hablan de la amistad femenina desde la esencia del barrio, a las sevillanas de Brooklyn y a la mujer perfecta que nos prometen buen rato, y también pensamos con ilusión en el reencuentro con las hermanas putas a las que volveremos a acompañar en el Matadero de Madrid dentro de no mucho. Pensamos en todo y la emoción nos embarga como un torbellino; poder disfrutar del camino artístico de Carolina es todo un regalo que nos hace felices, cada año un poquito más. Y aquí continuaremos, dándole forma a este lugar, como el primer día; desde el respeto, la admiración y el amor que nos despierta el trabajo de Carolina Yuste. ¡2021, qué ganas te teníamos!


martes, 6 de octubre de 2020

Prostitución, de gira por España.

"No estoy furiosa contra mí por no haberme atrevido a matar a uno de ellos. Estoy furiosa contra una sociedad que me ha educado sin enseñarme nunca a golpear a un hombre si me abre las piernas a la fuerza, mientras que esa misma sociedad me ha inculcado la idea de que la violación es un crimen horrible del que no debería reponerme".

Estas palabras de Virginia Despentes son pronunciadas por Carolina Yuste en un momento de la función, resonando mucho después en la mente de quienes la oyeron; el nudo es incontrolable, la emoción también. Esas palabras, como todas las que componen este ejercicio de honestidad y verdad al que se entregan sin concesiones Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste, lo abarcan todo. Están llenas de vida; de carne, de todos los latidos que caben en una vida. A veces incómodo, a veces repleto de ternura, de rabia, de dolor, de resignación, de autoconvencimiento, de miedo, de valentía, de coraje, de fuerza; pero en todos los momentos este espectáculo está, no hay duda, lleno de verdad. Resuenan sus historias, las de las auténticas protagonistas, y se acomodan en nosotrxs para enseñarnos esa parte del mundo a la que tantas veces evitamos mirar. En ese camino, hay mucho de quiénes somos. Lo que está claro es que, tras abandonar el teatro, ya algo dentro de ti habrá cambiado para siempre.

Tras haber estado un mes en el Teatro Español a comienzos de año, Prostitución vuelve a los escenarios para acercar estas historias a muchos otros lugares de España. La gira se inició en Logroño el pasado 2 de octubre y continuará, siendo su trayectoria la siguiente:

  • 8 de octubre: Vitoria-Gasteiz, Teatro Principal Antzokia. ¡Entradas agotadas!
  • 9, 10 y 11 de octubre: Valladolid, Teatro Calderón. Entradas aquí
  • 16 de octubre: Ourense, Teatro Principal. ¡Entradas agotadas!
  • 17 de octubre: Narón, Padroado da Cultura. Entradas aquí
  • 18 de octubre: Carballo, Auditorio Pazo da Cultura. ¡Entradas agotadas!
  • 23 de octubre: Cáceres, Gran Teatro. Entradas aquí
  • 24 de octubre: Badajoz, Teatro López de Ayala. ¡Entradas agotadas!
  • 31 de octubre: Gijón, Teatro Jovellanos. Entradas aquí.
  • 12 y 13 de noviembre: Bizkaia, Serantes Kultur Aretoa. Entradas aquí
  • 14 y 15 de noviembre: Valencia, La Rambleta. Entradas aquí
  • 27 de noviembre: Murcia, Teatro Romea. Entradas a la venta próximamente.
  • 10 de diciembre: Soria, Teatro Principal de la Audiencia. Entradas a la venta próximamente.
  • Del 12 de marzo al 11 de abril de 2021: Madrid, Naves del Español en Matadero. Entradas a la venta próximamente.
En circunstancias tan excepcionales como las actuales, la cultura adquiere un sentido aún mayor; el arte nos salva, nos hace libres; nos permite abstraernos y, al mismo tiempo, ser más conscientes de lo que nos sucede, de lo común a todo ser humano. Recordamos que los teatros son espacios seguros que cumplen escrupulosamente con todas las medidas de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias. #CulturaSegura

domingo, 23 de agosto de 2020

"Hasta el cielo", en el Festival de Málaga.



Tras adaptarse a las circunstancias actuales que han afectado incluso a la fecha de celebración en principio prevista, la 23 edición del Festival de Málaga está resultando ciertamente atípica por lo que implica: la convivencia continua con mascarillas, gel hidroalcóholico y distancia de seguridad, obliga a poner en el centro, en exclusividad; la exhibición de cine, que adquiere mayor importancia al verse reducido el evento social que ha sido tan protagonista otros años. Lo que no ha cambiado es la manera en que vivimos el cine. Lo que provoca en nosotrxs acudir a la sala dispuestxs a dejarnos llevar por una historia que nos lleva a vivir otros mundos y que, paradójicamente, siempre termina acercándonos a nosotrxs. Ese sentimiento, que de ninguna manera resulta descriptible, se vive ahora aún con más ganas y no hay distancia social que nos aleje de todo lo que nos da la cultura. Se está comprobando ahora, que tanto necesitamos "agarrarnos" a esa magia que se crea cuando nos adentramos en una historia desde nuestra butaca, todo el bien que nos hace. El Festival es clara muestra de todo ello. 

                                Carolina Yuste en la Inauguración del Festival de Málaga. Foto de Jorge Fuembuena.

No negamos lo especial que para nosotrxs resulta esta edición; y en ello tiene todo que ver Carolina Yuste. Este año, el segundo en el que acude nuestra actriz, se presenta en Sección Oficial (nos vamos a negar a utilizar la palabra "competición") la última película de Daniel Calparsoro, que está protagonizada por Miguel Herrán, Carolina Yuste, Luis Tosar y Asia Ortega. Hemos hablado otras veces de lo que podemos encontrar en "Hasta el cielo", pero como nos pierde la ilusión y nunca nos parece suficiente, creemos oportuno recordar la sinopsis para introducir esta entrada en la que ponemos el foco en el paso de "Hasta el cielo" en el Festival de Málaga:

Inspirada en hechos reales, la película narra la historia de Ángel, un chico del extrarradio madrileño que, debido a una pelea en una discoteca entra dentro de una banda de aluniceros, que le llevará, junto a su habilidad escapando de conflictos, a convertirse en uno de los atracadores más buscados del país.

Aunque Carolina Yuste llegó a Málaga un día antes para disfrutar de la Inauguración, ha sido el sábado día 22 el día en que el equipo ha presentado la película. Previamente a la proyección, posaron ante el ya mítico photocall ubicado en el Muelle 1 de la ciudad andaluza para, seguidamente, acudir a la rueda de prensa donde respondían a lxs periodistas que se congregaban en el Teatro Cervantes. Supimos que esta película, que refleja el cine patrio organizado a través de atracos y robos, ha sido por siempre el sueño de su director; que ha confiado el que entendemos como su proyecto más ambicioso a un equipo que ha dado lo mejor de sí para hacer de esta una obra con mayúsculas. Los aplausos del público al término de la proyección no dejaban lugar a dudas. 

El equipo de "Hasta el cielo" en el photocall. Foto de Álex Zea.



    Rueda de prensa de "Hasta el cielo". Fotos de Ana Belén Fernández.

Las primeras críticas de "Hasta el cielo" ya se han publicado y en ellas se pone en valor el trepidante ritmo de esta cinta, que ofrece entretenimiento a través de una propuesta arriesgada que se vale de un plantel de actores de indiscutible talento. Nos emociona leer estas primeras palabras sobre la película, que destacan el trabajo de Carolina. Permítannos compartir algunas de las líneas que Luis Martínez ha escrito en el periódico El Mundo alabando la labor de la actriz en este proyecto, calificando su presencia en él de voraz e inmensa; "Carolina Yuste está pidiendo a gritos protagonizarlo todo (no se puede ser más elegantemente macarra) (...) La actriz, que se dejó ver en Carmen y Lola, adquiere ahora el tamaño y el vértigo de los precipicios mínimos. Cada una de sus apariciones se resuelve con un estallido de talento. Ella, por todo lo que representa y todo lo que se lleva, acaba por ser la propia película". Tenéis acceso a la crítica completa aquí.

Y no podía ser de otra manera, entregado el latido de la Yuste; Estrella nos ha enamorado. Ha sido una suerte inmensa acercarnos a su mundo -del que, dicho sea de paso, nos hubiera encantado conocer algo más-. Será más adelante cuando hablemos de Estrella, de la película en femenino; de esa mirada a la que le intuimos ansias por construir destino propio, de su determinación en algunos momentos, de la fuerza que a ella le regala Carolina y de lo perdida que la entendemos a veces en su manera de amar. 

Nos quedamos con las palabras de la propia Carolina que, ante las cámaras de TVE, hablaba así de su personaje en la película: "Estrella es un personaje que despierta pasiones. Estrella desencadena muchas cosas, porque creo que una de las cosas que más mueve a los seres humanos es el amor y a Estrella la tienen que amar, porque ella es poderío puro y termina accionando cosas". 


                                                Carolina Yuste en la presentación de Hasta el Cielo. Foto: Gtres.

Por lo pronto, sabemos que la fecha de estreno no se ha mantenido en septiembre. Tendremos que esperar un poco más para que la película llegue a las salas de cine, aún sin nueva fecha confirmada. Pero cuando lo haga: llenaremos las salas porque la cultura es segura y esta película tiene que llegar, como mínimo, hasta el cielo.